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HASIERAAURKIBIDEA

Escalera de Zaldua (año 1702)

(AHL, 1-4-1 núm.52)

A 16 Agosto 1702

Protesta del Maestro-Arquitecto Martín de Zaldúa contra el parecer del P. Zúpide de no subir la escalera grande hasta el 2- piso.

Reverendísimo Padre (General Tirso González): No puedo excusar de representar a VRma las inconveniencias y imperfección en que viene a quedar la escalera principal de este edificio suspendiendo el ejecutar los dos últimos tiros de ella, como se suspendieron a instancias particulares del P. Andrés de Zúpide, y hizo sacar las cepas o arrancamientos que estaban metidos en todos los extremos necesarios para proseguir con los dichos últimos tiros de ella. Como demuestran las trazas, que el fin y la mira principal era elevarla hasta el segundo cuarto para que hubiese muy a mano comunicación a los dos cuartos y a la Santa Capilla; y ejecutándola al contrario ha de haber grande dolor común y perpetuo, porque subido al primer cuarto de esta dicha escalera y a no ser seguida, como va referido, es preciso que los habitantes del segundo cuarto acudan a otra que estará muy distante; y de la misma suerte y más incómodo ha de ser para los habitantes del primer cuarto, porque tendrán mucho más que andar, porque subido ya al segundo cuarto por un extremo de toda la casa, han de dar vuelta al mismo sitio y paraje que está la escalera principal para acudir a la Santa Capilla.

Además de todo lo referido, digo que pide y está clamando el vacío de la caja de la dicha escalera a que se le eche los dichos últimos tiros para que quede llena bien vestida y con la majestad y hermosura que requiere una pieza tan particular como ha visto ocularmente VRma, pues no me parece bien el que tolere todo el común una cosa tan fuera de la razón por una tema o proficía de un particular originado de envidia o de alguna pasión.

Y así, por las circunstancias sobredichas, tomará VRma providencia en mandar lo que mejor le pareciere a VRma. A mí toca el proponer como al Maestro de este edificio, y a VRma el mandar, que le obedeceré a VRma en este particular y en todo cuanto se ofrece con buena voluntad y afecto.

Pues el P. Francisco de Ballesteros, considerando que en España se estila hacer escaleras suntuosas, no sólo en los colegios, conventos y palacios, aun en las casas particulares, y así sería muy digno el que se hiciese en este Colegio Real una de las mejores que se podía; pues consultó y confirió muy despacio la materia con mis antecesores el Hermano Bogran y José de la Incera, ya difuntos, y últimamente conmigo en cuanto al coste, luces y demás reparos considerables. Pues en cuanto al coste, fuimos de sentir sin diferencia alguna que tendría tanto coste la escalera que el patio que venía a ser en el mismo sitio de la escalera; y de la misma suerte éramos de sentir que tendría bastantes y razonables luces.

En esta razón le encargó al dicho José de la Incera hiciese una traza. Hízola. Ultimamente, cuando yo vine a esta ocupación que tengo, me hizo hacer otra SRª, que las reconoció muy despacio el dicho Hermano Bogran, y reconocidas, eligió la mía y dijo que según las trazas de Martín de Zaldúa corriese y se ejecutase la dicha escalera, y hechas todas las diligencias sobredichas, resolvió dar principio a esto sobre los cimientos que se sacaron a dirección de los dichos mis antecesores.

Ultimamente, si se resuelve ejecutar los últimos tiros de cantería, será necesario levantar y hacer cuatro medias pilastras nuevas contra las cuatro pilastras principales, que se harán sin disonancia alguna, y otras tres contra la pared maestra de la Santa Casa, conforme se discurrió y se resolvió a los principios; y finalmente, hecho esto así, se ejecutará toda ella con toda seguridad y hermosura.

Y firmé de mi nombre en Azpeitia, a diez y seis de Agosto del año de mil setecientos y dos.

Martín Zaldúa.